Nepal



Del 22 de septiembre al 4 de octubre de 1999




Katmandu

Y correr y correr. Pero ya vamos a parar. Después de los seis días de trekking descansaremos en Pokhara. Esta vez batimos el record, en tres días siete autobuses, cinco rickshaw, dos kilómetros andando y tres países. Anoche no sólo no dormí en el autobús sino que tuve que hacer esfuerzos para no caer rendida al sueño porque cada vez que el autobús daba un meneo brusco mi cuello chillaba condenadamente. Así que un poco abobada estoy. Lo siento por Katmandu, porque he andado por sus calles sin demasiadas ganas, ni siquiera llegamos al centro histórico de la ciudad. Otro año. Pasado mañana comenzamos, los cuatro ya, a caminar por la zona del Anapurna.
Está bien eso de viajar como lo estamos haciendo pero también me gusta pensar que en el invierno voy a volver a mi música y a mi cine.

Kokhthanti, 25 de septiembre

Primer día de trekking. Aquí estoy tan feliz, sentada en un banco después de siete horas de andar, al lado de Alberto que lee el Ramayana. La primera parte del camino es árida, con viento, no muy agraciada, pero a partir de Larjung, donde comimos, el itinerario es mucho más bonito, recorre la orilla del río subiendo y bajando entre los árboles. Cruzar el río fue una aventura. Descalzos, nos metimos, algo más allá del centro del cauce la corriente era cada vez más fuerte. Alberto me dio la mano, Niman, el porteador, que estaba empezando a tener problemas se agarró a Alberto. Y a partir de ahí, el susto, la corriente nos llevaba, dimos la vuelta con dificultad sobre todo porque Niman, cargado con nuestro macuto, no parecía ser capaz de moverse. Todo quedó en un pequeño susto. Después la consiguiente broma y la tomadura de pelo de Quique contando que Lucía gritaba: Ay mi madre! Mientras entraban al cauce dispuestos “a dar la vida por nosotros” o, al menos, por mí.



Dana, 26 de septiembre

Siete horas de caminata me han dejado rota. El cuello sigue doliéndome. Niman se muestra cada vez más confiado, nos llama papa y mami.



Sikha, 27 de septiembre

Todos olemos mal, dice Alberto. Me mosqueo porque se mosquea, yo por lo que dice, él por mi cara, o al revés, pero es un levísimo mosqueo. Todo marcha.
Está feliz, dice que la cabra tira al monte. Yo estoy a gusto pero también me apetecen las ciudades y viajar,
Él ya piensa en Cachemira y, viensdo que no hay más montañas en el camino, vuelve a dudar entre Siria y el Cáucaso.
Tichy comenta en su libro sobre India La metamorfosis de la flor de loto, la necesidad de mirar con ojos indios la prohibición india de tomar alcohol.Es difícil comprender las situaciones ajenas a nuestra cultura occidental poniéndonos en el lugar de las personas originarias del país en cuestión. Esta mañana había una mujer desnuda hasta la cintura lavándose en una fuente, unos cuantos hombres que estaban trabajando en el mismo lugar no daban muestras de importarles lo más mínimo la escena. Me produjo satisfacción la novedad pensando en la imposibilidad de que algo parecido sucediera en cualquiera de los países por lo que hemos pasado este año ¿No me sentía en realidad más cercana a esta mujer como occidental que porque juzgase lógica la situación? ¿No la estaba sacando de su civilización para incluirla en la nuestra, en nuestras actitudes?



Tikedungha, 29 de septiembre

Última etapa. Mañana, tres horas y media y un autobús a Pokhara. Se me hace raro viajar con Lucía y Quique, me hace sentirme diferente respecto a cómo transcurre mi vida, quiero decir que miro hacia atrás y casi me parece que es una etapa acabada y el futuro algo distinto y esperándome para ser creado, es una sensación agradable, sólo disminuida por la certeza del final, del tiempo limitado que nos queda. Alberto habla de la muerte con una naturalidad pasmosa cuando dice que total es decir “bueno, ya está, hemos terminado”. A mí me cuesta mucho aceptar el hecho de que no muramos cuando nosotros queramos.

Mario utilizaba una palabra que venía a significar algo así como saber ver, abrir la mirada, entrar dentro... Ahora leo en el libro de Tichy: “Según la concepción hindú....sólo al identificarnos con las cosas, al unir nuestro yo con la esencia del mundo, podemos llegar a comprenderlo por entero”. Tiene algo que ver, Tichy habla del yoga pero lo que dice puede tener otras lecturas más cercanas a mi vida cotidiana.

Pokhara

Lucái y Quique nos han dejado sobre la mesilla un libro de poemas indios traducido por Tagore con una dedicatoria y una foto, fruto de los primeros pasos de Lucía en el laboratorio.
“En poco tiempo hemos aprendido la importancia que tiene para un viajero su equipaje íntimo. Esperamos más encuentros en tierras ajenas”. Me gusta el libro, huele a viejo y sus páginas tienen el color oscuro del tiempo.

“Ella existirá durante toda la eternidad” dice el Bagavad Gita refiriéndose al alma. En parte sensación de angustia pensar que algo que forma parte de ti no va a desaparecer nunca, también puede ser interesante seguir experimentando durante un tiempo ilimitado.





Quique
La mañana es más fría que en el valle del Ganges, la piel se seca, la ciudad se muestra totalmente occidentalizada.

Caminamos por el Himalaya, bajo el Anapurna. El viaje se está haciendo pausado, provechoso. Leer, escribir, caminar, charlar se hace constante imprescindible del recorrido.



Alberto
Probablemente echo de menos ratos de recogimiento desde hace muchos días, también me afecta esta nueva sensación de dinero disparado, no me deja tranquilo esta gente con la que tengo que convivir: hoteleros, porteadores, interneteros, etc. La sensación de privacidad ha desaparecido,

Ayer casi nos llevó el río; hoy llovió parte del día, estaba todo muy bonito, un largo desfiladero, varios puentes colgantes, algunas aldeas pulcrísimas, la niebla decorando las laderas, una gran cascada, algunas fotos simpáticas de críos.





Sería maravilloso encontrar una historia; mirar y crear una historia como quien se asoma a un patio y va entrando puerta tras puerta para encontrar el cuento y los pensamientos de sus habitantes. Como vivir dos veces, dos intensidades diferentes, un puñado de circunstancias ajenas capacces de ponerse en pie frente al pasmo de un observador-escritor que pueda ir abriendo aquello que ve, para en su contacto ser alumbrado por lo nuevo.

Noche de aguaceros, por la mañana llueve, la niebla está un poco más arriba de los tejados. A las seis decidimos subir al Poon Hill. El Daulaghiri termina abriéndose paso entre las nubes, el Anapurna se hace hueco en un agujero de claridad. Bajamos mil quinientos metros de desnivel, es un camino bonito, húmedo, lleno de altos rododendros, gruesos como árboles; pasamos algunas cascadas.







Me sorprendió a veces la lectura de Arundhati Roy, el modo de manejar los contrastes de la India rural en relación con los superventas de los medios de comunicación, la cultura del cine, la mezcla de una película esperada con eso que sucede en torno. Pero en el fondo termina cansándome; el juego de los despropósitos, las comparaciones reiterativas... Los personajes vienen como teñidos, ya de entrada, subjetivizados, a veces convertidos en muñecos o estereotipos por la escritura de Roy. Se ve y se escucha a la autora con demasiada frecuencia.



Lucía
Tarde chispeante. Veo desde la ventana de la habitación cómo la niebla baja se acerca al pueblo para envolverlo en un par de horas.

Queda apenas una semana para finalizar el viaje ¡Qué distinto a como esperaba! Mi visión de India es otra, menos idílica y romántica, más realista y algo decepcionante. Decepcionante por cómo se funciona en algunos aspectos y cómo valores básicos que lees en sus libros parecen perdidos, perdidos.
Nepal me ha enamorado, sí.

Nuestra ventana, la de hoy, da a una zona de enormes cañas y árboles con hojas similares a las de bambú. La de la otra noche nos mostraba un campo lleno de mazorcas. En menos de una semana mi paisaje será el de casa: la sierra al fondo, los campos secos y ya recolectados, la tarde y el sol- También es bonito...




Guille, Cork
Pictura Poiesis. Bien, hagamos un esfuerzo pictórico-literario y expliquémonos sobre el sexo en la literatura con tres ejemplos: Stendhal (el sexo decimonónico), Baldwin (sinceridad sexual), Miller (vulgaridadqueaburrimiento sexual).
N=narración extra-sexual (es decir sin sexo) SEXSO=sexso SEUDO=seudosexo

Stendhal: el esquema pictórico sería el siguiente:
nnnnnnnnnnnnseudoseudoseudoseudonnnnnnnnnnnnnseudosedudoseudo (hueco enorme) seudoseudoseudo

No es que el esquema diga mucho visualmente: simplemente Stendhal deja caer los huecos, y por huecos entiéndase huecos, vacíos de tiempo, pero antes te ha ambientado en la escena. Es el esquema menos explicable porque no sabes a qué se debe la sensación de “sexo” que tienes mientras estás leyendo, y suponesw que se debe al hueco que se ha dejado. Pero hay otros autores que dejan huecos (y cineastas también), y supongo que hay un arte de dejar hueco, y Stendhal es un genio dejando huecos. Intento pensar en un equivalente fílmico, seguro que algún clásico, pero no se me ocurre ninguno. Y creo que el sexo va de mal en peor en el cine.

Esquema para Baldwin (sexo-sinceridad):
nnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnsexosexosexosexo

Baldwin relata el sexo como si estuviese viendo un paisaje, con toda sinceridad y además con fuerza, tal vez por esa sinceridad precisamente. Me encanta el sexo en Baldwi. Y más teniendo colores (especialmente blanco y negro, pero a veces miel, carbón, chocolate) para las pieles.

Esquema para Miller (sexo-baaahhhhh)
sexosexosexosexosexoSEXOSEXOSEXOSEXO!!!SEEEEXXXXXXXOOOOOO!!!sexosexosexoSEXOSEXOSEXO

Es el esquema más vulgar que he visto nunca, realmente resulta bostezable.
pues eso.


Dentro de un rato me voy a ver El tercer hombre al Kino, no sé si entenderé todo, en realidad sólo quiero ver a Orson Welles salir de la oscuridad del portal con esa sonrisa de capullo, me pone la piel de gallina esa escena.



Mario, El Chorrillo
El reloj se acerca peligrosamente a dar las seis. El cielo se engalana con lentejuelas y una luna tenue ilumina todo el campo creando contrastes en cada árbol, en cada arbusto. Es hermoso pasear con la luna por estos campos y dejarse sorprender por una belleza que no cansa. Es una belleza propensa a una melancolía alegre de las noches para el recuerdo.

Before the rain
Todo nace para ser repetido de una u otra manera, siempre en un escenario igual y con peones diferentes. Estamos destinados a vagar por el infierno que miles de seres recorremos, somos conscientes de tan poco, de una tan pequeña parte de nuestro mundo que nos volvemos egoístas y complicados tratamos de descifrar lo inexplicable cuando la explicación de todas la cosas está ahí simplemente esperando. Pero nosotros, tozudos, no somos capaces de aceptarla.









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